Una de las líneas de acción del plan energético del presidente electo Andrés Manuel López Obrador es acelerar la transición hacia las fuentes renovables de energía. Para ello, su equipo ha propuesto distintos programas, los cuales se enfocan en utilizar recursos públicos para promover la demanda de energías renovables, sobre todo, eólica y solar:
Programa Integral de Fortalecimiento Comunitario
Plantea dotar de acceso a renovables a 45,000 comunidades marginadas de menos de 300 habitantes.
Centros de Desarrollo Técnico en Energías Renovables (CDTERs)
En 500 instituciones del Sistema Educativo Tecnológico a niveles medio y superior, para formar competencias laborales en jóvenes.
Programa de 1,000,000 de instalaciones de Energías Renovables de pequeña capacidad para usuarios del sector residencial y de servicios.
Acompañado de esquemas de fomento a la inversión, crédito y estímulo fiscal.
Programa de Sostenibilidad Energética para Dependencias del Gobierno Federal
Aplicable en todas las instalaciones de edificios del gobierno federal. No queda claro si implica instalaciones de generación renovable o únicamente medidas de eficiencia energética.
Programa de Red Nacional de 1,000 solineras
Instalación de estaciones de carga para vehículos eléctricos con generación renovable.
Se usará un estímulo fiscal para inversionistas y consumidores con el objetivo de impulsar los vehículos eléctricos.
El proyecto menciona que se impulsará a plantas nacionales de partes para vehículos eléctricos, así como kits de conversión para vehículos convencionales y vehículos completos.
Programa de Industria Estratégica de ER e Industrias Verde
Implica diseñar la estrategia de “desarrollo con rectoría del Estado” de la industria nacional de partes, insumos y dispositivos para plantas de generación renovable (hidroeléctrica, fotovoltaica, eólica). Para esto, el equipo de Morena propuso estímulos fiscales, crédito y simplificaciones administrativas.
Programa de Energía Eólica Pequeña, Mini y Micro
Aparentemente, se trata de un programa para impulsar los proyectos eólicos entre corporativos y conglomerado.
Programa de Ejidos Sostenibles
El programa está dirigido a 6,400 ejidos -de no más de 400 ejidatarios-, dedicados a actividades agropecuarias. Se creará un régimen especial para que los ejidos puedan generar su propia energía y vender excedentes al Sistema Eléctrico Nacional.
El proyecto plantea que estas acciones, en conjunto, aportarán 60,596 GWh de generación renovable hacia 2024, constituyendo el 15.6% de la generación eléctrica del país en ese año. En consecuencia, estas medidas nos ayudarían a alcanzar un nivel de generación renovable compatible con la meta nacional de 35% hacia 2024, según los cálculos contenidos en el Proyecto de Nación 2018-2024.
Es esencial incluir a las energías renovables como uno de los pilares de la estrategia energética de nuestro país. Sin embargo, el reto de la transición energética en México es considerable. De acuerdo con el análisis del think tank británico Climate Action Tracker, no sólo estamos lejos de cumplir con nuestro compromiso internacional de reducción de emisiones -el INDC, que se presentó en el marco del Acuerdo de París-, sino que éste es insuficiente para mantener el calentamiento global por debajo de 2ºC1. Es entonces pertinente valorar los aciertos y las debilidades de la propuesta en energías renovables del próximo gobierno.
Quizá el mayor acierto de la propuesta es que considera al sector energético renovable no sólo como un pilar de nuestros objetivos ambientales, sino como un motor de la economía, que podría incentivar la creación de empleos, la innovación y la producción industrial. En este sentido, bien implementados, los programas que articulan la propuesta estratégica podrían tener efectos ambientales y económicos positivos. Programas de desarrollo social a través de energías renovables -comunidades marginadas, entrenamiento técnico para jóvenes y ejidos sostenibles- son dignos de mención por su innovación.
El principal punto débil de la propuesta estratégica sobre energías renovables es la falta de un plan económico que establezca las condiciones para una mayor competitividad de los proyectos renovables en México y, de tal forma, incentive las inversiones del sector privado. Los programas que propone el Proyecto de Nación 2018-2024 son, prácticamente, distintos esfuerzos por incentivar la demanda de energías renovables a través de inversión y apoyos del gobierno federal, ya sea desde los edificios del sector público, las comunidades ejidales o las unidades residenciales. Hay un déficit muy claro en propuestas sobre cómo detonar inversiones del sector privado en el sector renovable. Esto requiere, sobre todo, medidas claras para mejorar la competitividad de las renovables: es decir, se requiere eliminar las distorsiones de precios que dan ventaja a los combustibles fósiles, facilitar los mecanismos de financiamiento a proyectos de generación limpia e inversión en infraestructura. El Estado puede enviar señales a los mercados a través de programas de apoyo a la demanda de renovables, pero esto es insuficiente para el tamaño del reto energético que hay en México.
Además de la falta de una estrategia económica para impulsar inversiones a gran escala en generación limpia, existen varias medidas de impulso a los combustibles fósiles que incluso debilitan el impulso al sector renovable. Aquí, es necesario mencionar tres elementos: un despliegue a gran escala de recursos del gobierno federal en las industrias de gas natural, petróleo y gasolinas, la propuesta relativa a los subsidios energéticos y la falta de una postura clara sobre el impuesto al carbono.
El Proyecto de Nación 2018-2024, en su capítulo energético, contempla una mayor inversión -sobre todo, estatal- en hidrocarburos, tanto en los sectores de exploración, producción, como en petroquímica y refinación. Particularmente, se contempla la construcción de dos refinerías con capacidad de procesamiento de 300 mil barriles de crudo al día y con una inversión mínima de 6 mil millones de dólares por refinería. Esto envía señales mixtas al mercado y ponen en desventaja a las energías renovables.
El proyecto de nación del candidato electo no adopta una postura clara y coherente sobre el impuesto al carbono, una de las medidas más eficaces para acelerar la transición energética, de combustibles fósiles a energías renovables. Frente a un plan para invertir en hidrocarburos, un esquema eficiente de impuestos al carbono podría favorecer una transición paulatina y ordenada sin afectar al sector de combustibles fósiles. Los esquemas de precios al carbono –y particularmente los impuestos al carbono- incentivan la innovación en tecnología energética, contribuyen a ampliar la base recaudatoria de los gobiernos y generan ingresos que pueden ser reinvertidos para estimular el crecimiento sustentable. En realidad, el objetivo es poner la cancha pareja: los impuestos al carbono favorecen que los combustibles fósiles -con impactos negativos para la sociedad- compitan en igualdad de condiciones con fuentes de energías bajas en carbono que, en cambio, traen beneficios sociales y ambientales.
El diseño actual del impuesto al carbono en México limita su potencial recaudatorio y ambiental. Por un lado, la tasa impositiva es tan baja que elimina cualquier efecto ambiental que pudiera tener el impuesto. Por el otro, la cobertura del impuesto es deficiente al dejar fuera al gas natural (que contribuye con 1/3 de las emisiones de CO2 del país) y no cubrir la totalidad de emisiones del carbón2. Frente a un plan para impulsar el desarrollo nacional con base en el sector de hidrocarburos, cualquier medida para incentivar la demanda de renovables será inútil sin un esquema sólido de precios al carbono en México.
Más aun, otro factor que genera señales ambiguas y debilita el impulso a las energías renovables es la promesa de mantener y aumentar subsidios a la gasolina y a las tarifas de electricidad. La plataforma de campaña de Morena específicamente subrayó el compromiso de evitar el aumento de precios a la gasolina y la electricidad. Actualmente, los precios a la gasolina actualmente gozan de un esquema que permite al gobierno otorgar “incentivos fiscales”, es decir, la condonación de un porcentaje del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), lo cual constituye un subsidio implícito3. Asimismo, todavía existe un subsidio a las tarifas domésticas de electricidad en México, con 91 mil millones de pesos destinados a subsidiar el consumo eléctrico doméstico y agrícola4. Dado que actualmente 80% de la electricidad en México es generada a partir de combustibles fósiles, los subsidios a las tarifas eléctricas actúan, de facto, como subsidios a los combustibles fósiles, enviando señales mixtas a los mercados.
Conclusión
Si bien la propuesta energética del Proyecto de Nación 2018-2024 contiene programas y metas ambiciosas para el sector renovable, hay tres grandes problemas que podrían impedir el objetivo planteado de incentivar la generación limpia y acelerar la transición energética. En primer lugar, la propuesta estratégica se enfoca exclusivamente en programas estatales para promover la demanda de energías renovables sin formular una estrategia para atraer inversiones a gran escala por parte del sector privado. Esto impedirá que exista un sector renovable competitivo y eficiente para satisfacer las demandas del consumidor mexicano. Segundo, mantener la estructura actual de impuestos al carbono se traduce en mayor consumo de combustibles fósiles contaminantes y una posición de desventaja para las energías renovables. En tercer lugar, los subsidios energéticos que forman parte central de la propuesta del presidente electo son contrarios a la meta de fortalecer las energías limpias.
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(1) Mexico Profile, Climate Action Tracker, actualizado el 30 de abril de 2018, https://climateactiontracker.org/countries/mexico/
(2) Poner la cancha pareja: discutiendo el impuesto al carbono en México, Ricardo Smith Nieves, Fundación Desarrollo Humano Sustentable, 2017, http://fdhs.org.mx/?p=3477
(3) Es un subsidio implícito porque se trata de un porcentaje del IEPS que deja de recaudar el gobierno y que podría destinarse a otros fines.
(4) Evaluación voluntaria de pares en el marco del G20 sobre reformas a los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles que incentivan el consumo en México, disponible en http://www.oecd.org/site/tadffss/Mexico-Peer-Review.pdf
Ricardo Smith Nieves